La amistad en tiempos modernos

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Pensé que nunca más sucedería, que ya la vida me había regalado demasiados buenos amigos y que por estos parajes, no volvería a suceder el milagro. Aunque me dije a mí misma que no debía ser egoísta, cerré de manera inconsciente, mi corazón a lo nuevo. Era muy pronto para superar la separación de amigos que quedaron esparcidos por la geografía cubana.
Pero, los milagros suceden, están ahí a la vuelta de la esquina y por suerte, yo andaba fortuitamente por esa esquina. Fue en un curso, de esos que llegan y calan bien hondo en nuestro ser. Específicamente fuimos a estudiar, en mi caso a entender y comprender, cómo funciona la administración pública. Cuál no sería la sorpresa al descubrir que más de cuarenta personas, con profesiones diferentes, edades distintas e intereses diversos se entregarían por completo al milagro de la amistad.
Dice la coordinadora que fue empatía momentánea, quizás, la escasez de espacio, las ocho horas diarias, el calor y la mística del paisaje influyó en nosotros. No importa, no interesan las causas cuando el producto final nos revive el alma y nos hace sonreír.

Me siento feliz, por haber conocido tantas personas llenas de talento y con gran responsabilidad. Me siento feliz, y no puedo callarme ante tantas personas que ven la amistad como un sentimiento en extinción. ¿Estará la amistad en decadencia o simplemente muchos se niegan a creer en ella?

La modernidad ha influido de manera considerable en nuestras vidas, nos ha hecho obviar fenómenos sociales que enriquecen nuestra existencia bajo la premisa de la agilidad con que se vive. Ahora el factor tiempo juega en nuestra contra y se prefiere estar “pegado” a la tecnología antes que sostener una conversación agradable con alguien a quien estimamos.

Ni hablar de los nuevos conceptos que vienen surgiendo como “somos amigos con beneficios”. Me resulta extremadamente difícil ligar algo tan diferente e insoluble como la amistad y el amor o la atracción sexual, la causa fundamental es que siempre he tenido amigos, buenos amigos que jamás se han propasado. Boris, Arturo, Humberto, por solo mencionar algunos constituyen la evidencia que un hombre y una mujer pueden estar unidos en la dimensión de la amistad.

Tal vez, los tiempos son diferentes y la modernidad ha influido en los comportamientos. Tal vez, la sociedad ha evolucionado y no podemos esperar que los fenómenos de interacción se den como antaño. De ahí que muchos lo tomen como decadencia cuando en verdad se manifiesta de maneras distintas.

Soy una defensora a ultranza de la amistad. Si no existieran Eliurka, Marianela, Carmen, Roxana, Dalma y otros cientos de personas que inundan mi vida y sostienen mi cabeza cuando caigo ante algún desliz, entonces andaría por la vida buscándolas, persiguiendo al milagro. Lo siento, pero nunca me cansaré de decir que la amistad no está en decadencia.

8 pensamientos en “La amistad en tiempos modernos

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